La repugnante realidad de una Modelo de Instragam

Capítulo #38 Appsclavitud

Redes sociales. Esa pequeña indulgencia que une a ricos con pobres, a gente de todos los colores y a reptiles detrás del teclado con todo tipo de fetiches. Es la adicción moderna que nos une como especie. Por que todos, absolutamente todos fijamos la mirada en la pantalla del móviles tanto durante nuestra rutina que al final de día  terminamos sumando horas recibiendo  pequeñas dosis de dopamina que minan nuestro cerebro, entendiendo el último despecho menopáusico de Shakira  o mirando la última gracia de una de las ochociento cincuenta mascotas que sigues en instagram mientras tu gato Eusebio  se juega la vida en la avenida. 

Si lo pensamos bien, resulta perturbador caer en la cuenta de cómo hemos asimilado ésta adicción y la cantidad de horas que finalmente le regalamos a los señores del internet corporativo sin obtener absolutamente nada… NADA, a cambio. 

En ese contexto de fraude y falsedad,  en el capítulo de hoy de appsclavitud queremos enfocar la mirada hacia cierto tipo de criatura que sólo habría podido ser engendrada en ésta época. Un ser que depreda en las inseguridades más íntimas de una legión de hombres sin dignidad pero con play station. Un arquetipo de ser que encarna todas  las caractérsticas más despreciables de la insoportable levedad de la modernidad: me refiero, por supuesto, a las modelos de instagram.

Es difícil poner en resumidas cuentas las sensaciones que como hombre me provocan las modelos de instagram. Teniendo en cuenta que muchas mujeres en el mundo ponen sus esfuerzos en convertirse en una como si de una carrera profesional se tratara. Eso significa que están dispuestos a ponerse bajo el bisturí para lograr ese look plástico y mórbidamente, no quiero decir atractivo, por que no lo es, pero sin lugar a dudas, estimulante.

Es difícil poner en resumidas cuentas las sensaciones que como hombre me provocan las modelos de instagram. Teniendo en cuenta que muchas mujeres en el mundo ponen sus esfuerzos en convertirse en una como si de una carrera profesional se tratara. Eso significa que están dispuestos a ponerse bajo el bisturí para lograr ese look plástico y mórbidamente, no quiero decir atractivo, por que no lo es, pero sin lugar a dudas, estimulante.

Los cuerpos exuberantes, los labios de rodada  26 y la absoluta ausencia de materia gris son algunas de las características más importantes del prototipo de mujer con vocación de modelo de instagram, o al menos de la cualidades que quedan a la vista.

Pero, lo que ocultan las postales de paseos en bote  y las fotos abrazando crías de animales exóticos es la espina dorsal de una especie exacerbada pero no nueva de mujer, que con las herramientas del mundo moderno está ejerciendo el oficio más antiguo del mundo. 

Instagram es la red social que más fuertemente ha quedado asociada con lo que el mundo moderno llama “estilo de vida”.  “Estilo de vida” es el nombre  aceptable que le damos a la obsesión que las masas le entregan al consumo de objetos y experiencias vacías con la única intención de presumirlos en redes sociales.

Esa enfermedad espiritual que afecta a toda una generación que cree que existe alguien en el mundo que realmente le importa una mierda la marca impresa en la bolsa de tu última compra. En el fondo, ese como muchos otros detalles han pasado a ser el fetiche de tantas personas sumergidas en una marea digital de contenido que les ha confundido completamente sobre el bienestar, la estabilidad económica, psicológica y emocional. Valores que han sido reemplazados por la egolatría, el narcisismo y la acumulación

Las modelos de Instagram son simplemente el mejor producto que  ha gestado este modelo de valores Y cuando digo que son eso, “producto” me refiero exactamente eso; en el mundo moderno estas mujeres son una mercancía. Uno de los accesorios más demandos por una élite de hombres que puede costear super autos de lujo, animales exóticos, y modelos de instagram. Y no,  no estoy opinando al respecto.  

El año pasado salió a la luz la confesión de una de estas, entre comillas “modelos”. . En pocos segundos  un exuberante silicón de mujer  enumera los planes de su próxima visita al Emira Árabe de Dubai.. ¿Noche de fiesta?, ¿chapuzón en la piscina infiniti?, ¿foto con los camellos? no exactamente. 

En segundos Aliana Lozada, una modelo de Instagram  se presenta, revela su edad, y su ¿apretada  agenda? ¿abultada agenda? el itinerario de su estadía en e emirato.  Lo primero; por la módica cantidad de 50, 000 dólares  Aliana sostendrá “relaciones íntimas sin protección” con “Mr. Ali”  y con otro caballero con un nombre impronunciable, y luego, con el hermano menor de Mr Ali, de 13 años.  Y tengan en cuenta que  estoy citando. Es la propia Lozada la que admite en video que, por la cantidad de dinero correcta, está dispuesta a convertirse en una pederasta. Lo mejor de todo esto? Ni siquiera era una propuesta real. Se trataba ni más ni menos que una propuesta falsa de un troll que con mucha astucia había atrapado un pez gordo. 

Este tipo de acuerdo no es nada inusual, de hecho, este ejemplo es bastante suave en comparación con lo que se puede encontrar en línea, que incluye videos de esos encuentros.

Estos encuentros que involucran viajes a Dubai, el paraíso del tráfico humano y la degeneración,  pueden terminar convirtiéndose en asuntos de mierda… Literalmente. 

ntrar en línea, que incluye videos de esos encuentros.

En general, se cree que estas modelos obtienen la mayor parte de sus ingresos a través de acuerdos de marca. En realidad, muchas de ellas utilizan su influencia en las redes sociales como una forma alternativa de publicidad. No están promocionando productos, ellas mismas son el producto, y el comprador suele ser un hombre muy adinerado del Medio Oriente. Además de ser el paraíso del tráfico de seres humanos,  Dubai es el campo de tiro, la estancia infantil en donde delincuentes de cuello blanco van a jugar con sus juguetes de metal… y sus muñecas de plástico. 

Existen páginas web, subreddits, y varias docenas de canales de youtube dedicados exclusivamente a exponer  la naturaleza repugnante detrás de las impolutas fotografías que estas “modelos” publican en instagram. Finalmente di con una página web que compila estas historias llamada tag the sponsor, y tengo que decir antes de hablar del tema que ni siquiera yo me esperaba lo que ahí teriminé encontrando, incluso cuando estaba algo enterado de este mundillo infernal. 

Existen páginas web, subreddits, y varias docenas de canales de youtube dedicados exclusivamente a exponer  la naturaleza repugnante detrás de las impolutas fotografías que estas “modelos” publican en instagram. Finalmente di con una página web que compila estas historias llamada tag the sponsor, y tengo que decir antes de hablar del tema que ni siquiera yo me esperaba lo que ahí teriminé encontrando, incluso cuando estaba algo enterado de este mundillo infernal. 

Cientos de artículos que compilan el espíritu predatorio y psicopático que el estilo de  instagramer con cientos de miles de seguidores y lo que están dispuestas está dispuesta  a  entregar a cambio… si estás pensando en lo que todos estamos pensando, eres un dulce niño del verano, por que,  a cambio de unas fotos surfeando en el vacío existencial del desierto de arábico y montando un camello…. ya saben exactamente hacia donde va esto. 

En  mensaje directo de Instagram una joven española de Nombre Soraya responde el mensaje de un  hombre con turbante, que ofrece casi inmediatamente  30 mil dólares a soraya, boletos en primera clase y estadía en un hotel de 5 cinco estrellas durante una semana. Ella acepta sin chistar. ¿Fetiches? claro que sí. ¿Qué tal tu amiga la de las fotos? Hagamos una orgía. ¡Sin problema! Hay más. Fotos, fotos y más fotos… El tipo se da el lujo de no contestar en días. Soraya ve cómo esos 30 mil dólares se van por la coladera junto con su dignidad. Empieza a mandar videos. El jequecillo finalmente responde. Hay más: tengo un camello, y una cámara… y un fetiche, De hecho dos fetiches: coptofilia y zoofila.  ¿Qué tanto quieres esos 30 mil billetes verdes? Estoy jodido del cerebro, Claramente, Abdul. Claramente. ¿Qué dice soraya al respecto? Sí lo estás, pero aceptamos. 

La historia  de estas dos mujeres es  una de cientas que existen publicadas en el sitio web. En grandes trazos, todas tienen los mismos personajes, las mismas motivaciones, y el final es el silencio que queda detrás de una bolsa de billetes en efectivo y los perturbadores recuerdos de una mujer  mirando por al ventanilla de un avión que va de regreso de su último viaje a Dubai: unas fotos muy aesthetic será lo único de lo que ella podrá hablar, y el jequesillo pasará a la siguiente modelo.

Por supuesto que verifiqué la veracidad de la información. Pude confirmar que muchas de las cientas de historias publicadas son verídicas, pero tampoco voy a citar aquí los tag de los usuarios, ni los nombres completos de las mujeres porque no es mi intención exponer a nadie. Voy a dejar un vínculo al sitio web y a las fuentes citadas y que cada quién saque sus conclusiones.

Al final de cuentas estoy convencido de que lo que pasa con las modelos de instagram es una tragedia.  Estas mujeres han tomado la decisión contundente de sacrificar su condición mental a cambio de miles de dólares. El modelo de convivencia que les asigna su valor finalmente también las condena a ser un utensilio voluntario para los instintos más bajos de  hombres que han encontrado un atajo  a la explotación sexual del estilo de Jeffrey Epstein. Y con esto quiero dejar algo absolutamente claro: las modelos de instagram para nada son víctimas del sistema. Y voy todavía más a fondo: creo que considerarlas víctimas de explotación solamente banaliza el sufrimiento  real de mujeres que se ven privadas de su libertad y que viven en la clandestinidad. Tristemente, muchas de ellas, no podrán llegar a contar su historia. 

Al final de cuentas estoy convencido de que lo que pasa con las modelos de instagram es una tragedia.  Estas mujeres han tomado la decisión contundente de sacrificar su condición mental a cambio de miles de dólares. El modelo de convivencia que les asigna su valor finalmente también las condena a ser un utensilio voluntario para los instintos más bajos de  hombres que han encontrado un atajo  a la explotación sexual del estilo de Jeffrey Epstein. Y con esto quiero dejar algo absolutamente claro: las modelos de instagram para nada son víctimas del sistema. Y voy todavía más a fondo: creo que considerarlas víctimas de explotación solamente banaliza el sufrimiento  real de mujeres que se ven privadas de su libertad y que viven en la clandestinidad. Tristemente, muchas de ellas, no podrán llegar a contar su historia. 

Por el contrario: Las modelos de instagram son la contraparte de lo que la industria del porno para los hombres; en donde la proyección de placer sexual intenso haciendo el mínimo esfuerzo de dar dos clics en tu pantalla ha destruido a los hombres, Instragram lo ha hecho con las  mujeres.  Promoviendo una cultura al culto a la imagen, al hedonismo, a los sentimientos sintéticos:  instagram ha hecho socialmente aceptable a una escala masiva la idea de que se puede trepar en el estrato social a expensas de depredar en  los instintos más bajos de hombres poderosos, por el precio justo. En los ojos de estos hombres, la mayoría de origen mususlman, está claro que instagram les ha regalado  un escaparate, una vitrina de juguetes de silicona y plástico, y cuyo precio está fijado por un el número de seguidores, de pulgares arriba,  de corazones y  de cometarios lujuriosos.

Es una transacción económica sin ningún mérito real. Es una relación más sin ningún rastro de alma. No es otra cosa que un  espasmo más del monstruo de la modernidad que no hace a nadie feliz,  pero que ayuda a estas mujeres que no lo son, a aparentarlo, a pesar de lo que hacen en el desierto. 

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